El comercio marítimo global se encuentra en una etapa de redefinición. Las alianzas entre navieras, que durante años han sido claves para garantizar eficiencia operativa y cobertura internacional, están cambiando ante una coyuntura marcada por la fragmentación estratégica y las tensiones comerciales.
Al mismo tiempo, los aranceles impuestos por Estados Unidos están introduciendo un factor de inestabilidad que puede alterar el equilibrio del transporte marítimo logrado en las últimas décadas. En este contexto, Smart Logistics, operador logístico internacional, sigue de cerca estos cambios y analiza su impacto en el sector para adaptarse a las nuevas dinámicas del comercio global.
Las nuevas alianzas marítimas
Las alianzas marítimas son fundamentales para garantizar la conectividad global, optimizar los volúmenes de carga y asegurar economías de escala. En 2025, ese modelo está cambiando. La disolución de la histórica alianza 2M ha dado paso a nuevas colaboraciones más enfocadas en la eficiencia operativa y en la sostenibilidad.
Ejemplo de ello es la Gemini Cooperation (unión de las navieras Maersk y Hapag-Lloyd) que opera casi 300 buques con rutas clave entre Asia y Europa. Otras grandes alianzas, como la Ocean Alliance, formada por CMA CGM, COSCO Shipping, Evergreen y OOCL y THE Alliance, compuesta por ONE (Ocean Network Express), HMM y Yang Ming, mantienen su liderazgo reforzando servicios especialmente en el eje transpacífico. La Ocean Alliance gestiona una capacidad conjunta superior a 4 millones de TEUs, mientras que THE Alliance supera los 3 millones de TEUs, lo que les permite sostener frecuencias regulares y cobertura global en un mercado cada vez más competitivo.
Estas agrupaciones permiten compartir infraestructuras, reducir costes y cubrir rutas más amplias sin necesidad de flotas individuales muy grandes. Sin embargo, su estructura también debe adaptarse a un entorno legal más estricto, como el fin del marco europeo CBER, que regulaba estas colaboraciones con ciertas exenciones.
Aranceles: riesgo para la estabilidad del transporte marítimo
Mientras las navieras redibujan sus alianzas, nuevos desafíos emergen en el frente político y comercial. Estados Unidos ha implementado aranceles elevados sobre productos procedentes de todo el mundo. Esta política de tarifas aduaneras, que afecta a una amplia gama de bienes, desde productos manufacturados hasta materias primas, está introduciendo una presión económica significativa sobre la industria logística global. Según expertos, estos aranceles podrían representar un sobrecoste de hasta 20.000 millones de dólares anuales para la industria.
Estas barreras comerciales no solo encarecen los envíos, sino que también enfrían posibles acuerdos entre compañías de Asia, Europa o América, alteran rutas y cargamentos, y empujan al alza los precios del flete. Decisiones políticas que obligan a las navieras y operadores logísticos a redefinir estrategias a corto y medio plazo.